sábado, 21 de agosto de 2010

Nos acostumbramos a vivir en nuestra casa y a no tener otra vista que no sean las ventanas de los edificios que nos rodean. Y como estamos acostumbrados a no ver más que ventanas y edificios, nos acostumbramos a no mirar hacia afuera.Como no miramos hacia afuera, nos acostumbramos a no abrir del todo las cortinas. Al no abrir completamente las cortinas nos acostumbramos a encender la luz antes. Nos acostumbramos tanto, que olvidamos el sol, olvidamos el aire, olvidamos el paisaje.Nos acostumbramos a despertar sobresaltados porque se nos hizo tarde. A tomar rápido el desayuno porque llegamos tarde. A comer un sándwich porque no tenemos tiempo para comer a gusto. A salir del trabajo cuando ya anocheció. A cenar rápido y dormir con el estómago pesado sin haber vivido el día, porque tenemos que ir a trabajar temprano. Nos acostumbramos a esperar un “no puedo" en el teléfono. A sonreír sin recibir una sonrisa  de vuelta.A ser ignorados cuando necesitamos ser vistos. Si el trabajo resulta duro, nos consolamos pensando en el fin de semana. Y cuando llega el fin de semana, nos aburrimos y deseamos que llegue el lunes para ir a trabajar.Nos acostumbramos tanto a este estilo de vida, que parece que estamos ahorrando vida por miedo a gastarla, y  al final, nos olvidamos de vivir. 


 "La muerte está tan segura de su victoria que nos da toda una vida de ventaja"

No hay comentarios:

Publicar un comentario

:D